Nuestro compañero Mitxel ha realizado una pequeña crónica del viaje a Telford que hicieron él y José Luis Etxaide como miembros de AGME, junto con dos amigos del mundo del modelísmo, Andrés Montiel y Hector Alonso.
Crónica del Viaje:
El jueves pasado, día 7 de noviembre, José Luis y Mitxel de la AGME y dos amigos, Andrés y Héctor de Pamplona y Burgos, salimos en coche camino de Inglaterra para asistir a la concentración y concurso de
IPMS UK en Telford Inglaterra.
La primera parada fue en el
museo de blindados de Saumur, Francia. Muy interesante para el público en general pero una delicia para los modelistas. Hay vehículos y carros modernos, y de la II G.M., de Alemania, USA, Francia, Inglaterra, Rusia etc.
Después de recorrer las diferentes salas, dejamos de babear para coger el coche de nuevo y encaminarnos a St. Malo para coger el ferry hacía tierras inglesas.
El camarote de los hermanos Marx.
Después de pasar la noche atravesando el Canal de la Mancha y llegar a Plymouth, a primera hora de la mañana seguimos camino del
Museo de Bobington. En un día apagado y lluvioso, y según nos íbamos acercando al museo, veíamos carros Chieftain estacionados a derecha e izquierda ¡impresionante! El museo está pegado a una base militar inglesa en la cual nos colamos equivocadamente hasta que el simpático soldado de guardia nos indicó la dirección correcta.
Entrada al museo. El museo de Bobington es tan impresionante como el de Saumur. Tiene menos carros pero está más limpio y cuidado. Tiene dos impresionantes Tiger II, uno torreta Porsche y el otro Henschel, y un colosal Jagdtiger.
Tiene una buena colección de carros de la I G.M. y una magnifica cantidad de carros ingleses. Después de comer nos dirigimos al museo aéreo de Fleet. Es un museo de aviones embarcados mucho más pequeño que los museos anteriores pero muy bien cuidado con varios Harriers y un Concord, entre otros.
Al día siguiente tocaba el concurso de Telford. A pesar de levantarnos temprano, a las nueve de la mañana el parking ya estaba cerrado y había una impresionante cola para poder entrar. Es alucinante la afición que hay en Inglaterra al modelismo. Miles y miles de personas, sin exagerar. Familias enteras, padres con hijos, abuelos con sus nietos, parejas de todas las edades ¡y todos comprando maquetas! Nos llamó mucho la atención la cantidad de personas de más de sesenta años que había. Muchos se llevaban en cajas y en bolsas grandes de basura, sin exagerar 20, 30 maquetas.
Tres pabellones, como hangares de aviación, con tiendas y mesas para la exposición de las deferentes IPMS, un mercadillo y la sala del concurso. Total, quince mil metros cuadrados atestados de gente. El paraíso de cualquier aficionado al modelismo. Es literalmente imposible ver la ingente cantidad de productos de todo tipo que hay a la venta.
Esto es crear afición. Mesas llenas de niños con un adulto al lado para asistirles en su maqueta, regalo de Airfix. Sin querer faltar a nadie, nos dan cien mil vueltas. El concurso de Telford es de muy alto nivel. Solo en aviación hay más de treinta categorías. A pesar de ser un concurso en el que predominan los aviones, había muy buena participación en carros y algo menos en figuras. Llama la atención el que en las mesas no hay ninguna protección. Cada concursante coloca y recoge sus obras sin ningún problema ¿Será cuestión de respeto y educación?
José Luis en su línea. Cuatro medallas de plata, dos de bronce, dos menciones y un premio IPMS Francia al mejor avión francés. El presi está en buena forma. Felicidades.
Tras un día "duro" siempre hay que reponer fuerzas. Compartimos mesa con nuestros amigos de IPMS Canarias.
Antes de volver a casa, todavía nos quedaban fuerzas para visitar el
museo de la RAF en las afueras de Londres.
Otro ejemplo de museo grande, con tres hangares de aviones de todo tipo, bien cuidado ¡y gratis!.
De nuevo tocaba atravesar el canal pero esta vez lo hicimos de Portsmouth a Caen. Aprovechando que estábamos en Normandía visitamos primero las playas del día D donde desembarcaron los tropas anglocanadienses y luego la americana de Omaha.
Impresionantes los bunkers que quedan, dándonos una idea de lo mal que lo tuvieron que pasar los aliados para desembarcar.
La parte más triste, aunque no menos interesante, fue cuando visitamos los cementerios americano y alemán con sus miles de tumbas. Impresionaba el silencio y la quietud predominantes, pero mucho más leer los nombres y las edades de hombres, mujeres y jóvenes muertos en una cruel guerra que nunca se debió producir.
De nuevo en el coche, conducido magníficamente por José Luis durante casi tres mil kilómetros, regresamos a casa.
Un viaje inolvidable y muy recomendable que seguro volveremos a repetir.
Saludos.